miércoles, 28 de mayo de 2008

Felipe y Ramona: Excusas

-¿Qué escribís tanto?
- ¿Desde cuándo te interesa lo que escribo, Felipe?
- ¡No es que no me interese lo que escribís! Lo que no me banco son tus golpes a la pared cuando no te salen las palabras. ¿Viste cómo quedó ahí al costado?
- Uh ¿vamos a volver a ese asunto?
- No, mejor volvamos a mi pregunta inicial Ramona
- Pues volvemos también entonces a mi respuesta
- Dejá, me cansan tus vueltas
- Te cansa la intriga Felipe
- Fue una pregunta fácil: ¿Qué escribís tanto? Y ya saltaste con lo de la pared y tus respuestas vuelteras de siempre
- En lo de las respuestas estamos de acuerdo… pero a lo de la pared lo dijiste vos
- ¿Estás escribiendo cosas deprimentes de nuevo? Carajo Ramona, qué oscuros son tus cuadernos
- ¡Pero carajo vos Felipe! ¿Ves que me tengo que ir a meter en la caja para escribir tranquila?
- Si volvés a meterte en la caja, lo llamo a Bartolo y solucionada tu locura
- Bartolo no entiende nada, desperdició no sé cuántos años estudiando y todavía no tiene idea de cómo funciona la mente de los que estamos tristes
- ¿Y acaso vos sabés cómo funciona la mente de un loco?
- Te estás metiendo por camino de tierra Felipe; la locura y la tristeza no van de la mano. Ojalá fuera así, sería más simple y divertido
- Con la excusa de que estás triste como decís vos, y no loca como bien digo yo, no hacés otra cosa que escribir. Tu cuarto es un desastre, los corchos de los viernes están desparramados por toda la habitación y el señor del flequillo se va a enojar. También descuidaste la pecera y se murió Matilda ¿pensás prestarle atención a los otros dos peces o tengo que ir preparando otro de tus funerales exóticos?
- Con la excusa de que estoy loca como decís vos, y no triste como bien digo yo, apreovechás para decirme todo tipo de cosas hirientes. Los corchos están totalmente organizados; que vos no entiendas mis categorías no significa que mi cuarto sea un caos. Además, sabés que todavía no supero lo de Matilda. Qué porquería de culpa me acabás de adjudicar. Qué injusto sos. ¿Y desde cuándo usás la palabra exótico?
- Ahora mutas a víctima, y ni siquiera para eso soltás la lapicera ¿¡Qué escribís tanto!?
- Escribo sobre mis hijos
- Vos no tenés hijos Ramona…
- Pero los iba a tener
- Siguen siendo personas irreales
- Siempre son personas irreales, las escriba o no, las imagine o no. Nadie es real Felipe
- ¿Y entonces por qué le dedicás tantas páginas a la gente irreal?
- Porque alguien me las tiene que inventar, y quién mejor que yo para hacerlo. Vos sos mi personaje ficticio favorito, Felipe
- Yo soy real, Ramona
- Tan real como mis hijos
- No, soy tan real como vos
- Estamos en la misma ¿No te das cuenta de que nos están escribiendo?