martes, 24 de abril de 2018

Sobre los derechos

Cuando el día no parecía dispuesto a modificar su cataléptica personalidad de día sin huella, y sin haber perdido yo la imaginación para distraerme, tuve una revelación: siendo una auténtica aristócrata de la cursilería, tengo garantizado, por automático defecto, el humanísimo derecho de volverme loca.
Y todo quedará entonces como debía ser, y se arregla uno de los tantos desequilibrios que tiene este mundo desarreglado.

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